- Escrito por Héctor A. Calderón B.
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“El Derby de Kentucky es decadente y depravado” de Hunter S. Thompson: el nacimiento del Doctor Gonzo
El periodismo como otras narrativas construye una realidad, y muchas veces la que exige el dueño del medio y en otras la que espera la masiva audiencia, que por lo general cree todo lo que digan. No es un asunto nuevo. Y como respuesta a esa “tiranía de la actualidad” surgieron publicaciones con apuestas editoriales para no contar el mismo cuento de siempre. Gracias a esos espacios alternativos los lectores descubrieron nuevas voces.
En una de ellas, el editor del magazín Scanlan 's Monthly, le encomendó a un joven periodista cubrir una carrera de caballos. Ese joven periodista se llamaba Hunter S. Thompson y presa del desespero por cumplir con la fecha de entrega envió un manuscrito en hojas de cuaderno. La historia tenía mucha ansiedad, subjetividad absoluta y muy pocos caballos. El editor reconoció de inmediato un diamante en bruto y lo publicó sin chistar.
El carácter rebelde de Thompson no encajó en todos los medios tradicionales en los que intentó ganarse la vida con un periodismo convencional. Cuando no lo despedían le tenían pánico por sus métodos y puntos de vista. Pero la fortuna lo acompañó ese mes de junio de 1970 cuando publicaron su crónica sobre una de las carreras más importantes de la hípica mundial.
El Derby y sus bestias
El Derby de Kentucky es decadente y depravado es una crónica delirante de unas 27 páginas, escrita con profunda ironía, humor, sarcasmo y mucha acidez en la que Hunter S. Thompson relata su experiencia en el evento. Lo que parecía una tranquila tarde en el hipódromo resultó ser una pesadilla para el periodista y el dibujante que lo acompañó, Ralph Steadman, quién se dejó llevar por el método del cronista para llegar al fondo del asunto. En medio de un “mar de horrores alcohólicos” hacen parte de una orgía de depravación y decadencia en la que se revuelca una sociedad, desde la élite política y económica hasta la base trabajadora. El Derby les ofrece algo más que caballos. El verdadero espectáculo está en la degradación de una sociedad que va en masa a celebrar las apuestas de la hípica de una fiesta deportiva pasada por mucho alcohol, drogas y apuestas. La inmersión profunda en las graderías, bares y palcos del hipódromo para ver -en palabras de Thompson- “…la actuación de las verdaderas bestias”.
Thompson y Steadman se sumergieron en las entrañas de un submundo que flotaba en las narices de todos pero que pasaba hasta ese día inadvertido. La mirada entrenada del escritor o la sensibilidad del artista suelen identificar ese tipo de asuntos. Pero el cronista reacciona con deleite ante esos universos como temas que merecen ser explorados. Desde entonces el poner la mirada en ámbitos ignorados por carecer de valor noticioso resultó ser una característica de sus historias. Enfoque que la crónica de alto nivel hereda de su afluente mayor: la literatura.
El resultado de esa inmersión absoluta en medio de ríos de alcohol, drogas, y apuestas fue un retrato magistral de la decadencia que esconde el Derby de Kentucky.
Valle-Inclán y los esperpentos de Kentucky
Cuenta el anecdotario vulgar de la literatura que un día el escritor Ramón del Valle-Inclán (1886-1936) vio su reflejo en dos espejos que deformaban la figura de los transeúntes en la calle “Álvarez Gato” en Madrid, y al ver su figura retorcida se inspiró para crear toda una estética literaria. Los estudiosos del asunto dan cuenta de una versión más académica y menos callejera. Los ilustrados afirman que la concepción de esa propuesta literaria tenía referentes, según confesó Valle-Inclán, en los dibujos de Francisco de Goya (1746-1828) y la literatura satírico-simbólica de Francisco de Quevedo (1580-1645).
Valle-Inclán, quién además de cronista, novelista, poeta, era también dramaturgo, definió el significado de su estética. En un parlamento de la obra Luces de Bohemia (1920), el protagonista Max Estrella se encarga de explicarlo:
MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. […] Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. […] La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas. Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.(Luces de bohemia, p. 98)
“Nosotros habíamos ido allí para ver la actuación de las verdaderas bestias”
La crónica de Hunter S. Thompson distorsiona la realidad, desfigura los rostros, realza lo horrible hasta llevarlo a lo monstruoso. Hace una caricatura donde los humanos son las bestias y los caballos salen bien librados. Pero más que una deformación y una técnica literaria, también construye una metáfora de las miserias de una sociedad. Es un digno discípulo de Goya, Quevedo, y Valle-Inclán.
El acierto no solo fue del escritor. El editor de Scanlan 's Monthly contrató a un talentoso dibujante para que ilustrara la crónica. Ralph Stedman también captó la esencia bizarra y la vertió en una orgía esperpéntica de fuertes trazos que explotan en líneas gruesas e implacables. La serie de ilustraciones dan vida a un mundo de colorida acuarela que parece diluirse en el asco.
El nacimiento del doctor Gonzo
La crónica tuvo una buena recepción en los lectores de la revista, pero sin mayores repercusiones en otros círculos hasta que Bill Cardoso, el editor del periódico Boston Globe, valoró el escrito como “Gonzo puro”. Término relacionado con lo bizarro, y que Thompson acogió como una marca con la que patentaría toda su producción literaria desde ese instante.
La propuesta del periodismo gonzo recibió el espaldarazo de Tom Wolfe, el sumo pontífice del movimiento del llamado Nuevo Periodismo, en EEUU, quién publicó la crónica del Derby de Kentucky en la famosa antología El nuevo periodismo (1973).
Para Hunter S. Thompson representaría el inicio de una carrera como cultor de una estética que llamó la atención de la prestigiosa revista Rolling Stone. Publicación que le apostaría en grande a este hijo de la contracultura estadounidense y a la que estaría ligado hasta la muerte. En ella publicaría además de crónicas, dos libros, uno de ellos, el clásico Miedo y Asco en las Vegas (1971).
Hunter S. Thompson
Influencia Beat, la pesadilla del sueño americano
La semilla beatnik de Alen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burrougs, y Lucien Carr no solo germinaron en los años 50 sino que sus frutos alimentaron los espíritus de toda una generación en los agitados 60 y 70. El rock, las luchas reivindicatorias de los derechos de las minorías, la literatura de los hippies, y la contracultura estadounidense recibió una inyección de rebeldía que reclamaba a gritos el cine de James Dean y el mítico poema “Howl” de Allen Ginsberg.
Hunter S. Thompson experimentó la escritura automática de Jack Kerouac, asimiló lo esperpéntico de Goya y Valle-Inclán, y atravesó los dominios del alcohol y las sustancias psicotrópicas. Fue protagonista de sus reportajes y crónicas, impuso la visión del periodista por encima del sofisma de la imparcialidad informativa y la mendaz objetividad. Fue un hereje en las facultades de periodismo, fue proscrito de las redacciones de los periódicos tradicionales, y fue crítico impenitente del sueño americano.
Héctor A. Calderón B.
Escritor, guionista y docente universitario.
Premio Nacional de Guión 2010.
Ministerio de Cultura, Colombia.